En el mundo de la nutrición, los macronutrientes y los micronutrientes suelen hablarse por separado, pero el verdadero secreto de una buena salud reside en el equilibrio entre ambos. En este artículo, te explicaremos por qué es importante encontrar el equilibrio perfecto entre estos dos conjuntos de nutrientes y cómo puede marcar una diferencia en su salud general. Descubre cómo una dieta equilibrada no sólo puede ayudarle a alcanzar sus objetivos de salud, sino también a mejorar su calidad de vida.
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¿Qué son nutrientes?
Los nutrientes son sustancias esenciales que el cuerpo necesita para mantener la salud, crecer y funcionar correctamente, y se dividen en macronutrientes y micronutrientes.
¿Por qué es fundamental encontrar un equilibrio?
Encontrar el equilibrio perfecto entre macronutrientes y micronutrientes es fundamental porque cada grupo cumple funciones complementarias que son esenciales para una buena salud. Un desequilibrio en estos nutrientes puede llevar a deficiencias, enfermedades y una disminución en la calidad de vida.
Macronutrientes
Se dividen en: carbohidratos (hidratos de carbono), proteínas y grasas. Estos proporcionan la energía necesaria para nuestras actividades diarias y mantienen las funciones corporales básicas.
- Carbohidratos (hidratos de carbono): La función más importante es la de aportar energía al cuerpo, como fuente principal. Aportan 4 calorías por cada gramo. En una dieta equilibrada deben suponer entre el 50 y el 55% de las calorías diarias.
- Monosacáridos: Lo más destacados son Glucosa, Fructosa y Galactosa. Ejemplos: frutas, miel o productos lácteos
- Disacáridos: Los más conocidos son Sacarosa, Lactosa y Maltosa. Ejemplos: Azúcar, productos lácteos, cereales o cerveza
- Polisacáridos: Los más destacados son Almidón, Glucógeno y Celulosa. Ejemplos: pan, arroz, carne o vegetales
- Proteínas: La principal es la función estructural: Componen los huesos, los músculos, la piel, los órganos, etc. Contienen 4 calorías por cada gramo. Estas pueden ser de origen animal o vegetal. Ejemplos: carne, pescado, huevos, leche, queso, frutos secos, legumbres o semillas
- Grasas: Aportan 9 calorías por cada gramo, su función principal es la de aportar energía. Están implicadas en el transporte, absorción y formación de ciertas vitaminas.
- Ácidos grasos: Se dividen en saturados e insaturados. Los ácidos grasos saturados, presentes en carnes, productos lácteos, mantequilla y ciertos aceites vegetales como el de coco y palma, suelen ser sólidos a temperatura ambiente. En contraste, los ácidos grasos insaturados se subdividen en monoinsaturados (aceite de oliva, aguacate, frutos secos y semillas) y poliinsaturados (pescados azules y frutos secos).
- Colesterol: Se encuentra exclusivamente en alimentos de origen animal. El colesterol desempeña un papel crucial en la formación de membranas celulares, ciertas hormonas y la vitamina D.
Micronutrientes
Se dividen en: vitaminas y minerales. Estos juegan un papel crucial en procesos metabólicos, la función inmunológica y la prevención de enfermedades.
- Vitaminas: Son imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo puesto que ordenan y regulan reacciones químicas del metabolismo en las células.
- Liposolubles: Son la A, la D, la E y la K.
- Hidrosolubles: Son las 8 vitaminas del grupo B: tiamina o B1, vitamina B2, niacina o B3, B5, B6, B8, B9 y B12. También la vitamina C forma parte de este grupo.
- Minerales: Son compuestos inorgánicos que, en algunos casos, se integran en estructuras sólidas como el calcio en los huesos y dientes. Su función principal es actuar como reguladores en diversos procesos metabólicos.
- Macrominerales: Son los nutrientes que el organismo requiere en mayores cantidades. Estos incluyen el calcio, sodio, potasio, magnesio, fósforo, cloro y azufre.
- Microminerales: También llamados oligoelementos, son nutrientes que el cuerpo necesita en cantidades mínimas. Estos incluyen hierro, cobre, manganeso, yodo, cobalto, selenio, flúor y zinc.
Lograr un equilibrio adecuado entre macronutrientes y micronutrientes es fundamental para una salud óptima y un bienestar general. Prestar atención a ambos en nuestra dieta diaria nos ayuda a mantenernos energizados, saludables y a promover una mejor calidad de vida. No subestimes el poder de una alimentación balanceada: tu cuerpo y mente te lo agradecerán.